Muchos emprendedores cuando comenzamos
creemos que el emprendimiento es un camino recto. Sabes que vas a tener retos y dificultades, pero crees que con tener toda la voluntad de aprender y afrontar los problemas vas a triunfar y tu proyecto se convertirá en esa gran empresa que sueñas. Muchas veces el triunfo se ve así, algunas otras no. Lo que resulta una constante en el mundo del emprendimiento es que cada paso que das, cada proyecto nuevo que te llega o consigues, cada inquietud que de ti sale, es un escalón que te
va a sumar en tu trayecto de vida.
Hoy te quiero compartir el camino del emprendedor que ha transitado hasta ahora nuestro co-founder Hector Avila. 
Héctor es un chef inspirado desde chico por la comida de su abuela. Al estar en la cocina descubrió que le gustaba mucho preparar sus platillos y disfrutar de la mirada, sonrisa y placer del comensal por los alimentos que él preparaba. Y a la vez, surgió en él una chispita que le decía que podía hacer más por las personas y dejar una huella.
El momento en el que nuestro Chef Ávila decidió emprender, fue un momento donde sintió que necesitaba mayores retos en su vida y estar del otro lado de la cocina, ya como un constructor de negocio. Ofrecer un buen servicio, ambiente agradable, una propuesta diferenciada, y oportunidad de desarrollo y crecimiento para sus colaboradores.
Primer emprendimiento
Antes de salir de la carrera, comenzó un negocio de hamburguesas que le ayudó a ampliar su visión y adoptar un enfoque de hacer mucho con poco y marcar la diferencia con acciones pequeñas pero distintas, antes que pensar en hacer un producto premium y estar orgulloso de su trabajo.
“Es como cuando te dicen: ¿Cuál es el mejor vino del mundo? Pues el que a ti te gusta, ese es el mejor vino del mundo. Entonces, es lo mismo con la comida. ¿Cuál es la mejor hamburguesa del mundo? La que tú hagas.”

Segundo emprendimiento
Después, incursionó en la maquila y venta de manteles, cubre sillas, caminos de mesa, servilletas y cubre manteles para eventos. En este negocio se asoció con una persona y entre los dos cortaban la tela y le daban a una señora las piezas para que les diera el terminado a los productos. Aquí empezó a conocer lo que es vender de puerta en puerta, generar contactos, buscar materiales y aprovecharlos al 100%. Además fue la primera vez que le dio trabajo a alguien, compromiso que fue un motor para él porque al tener que darle a alguien algo, buscaba hacer mucho con lo que él tenía.
Tercer emprendimiento
Después, comenzó a manejar una flotilla en Uber e incursionar en la logística. Aprender cuánto le costaba llevar un cliente, recorrer x distancia, el rendimiento de su carro y sus gastos fijos, entre otros. Además de platicar con la gente e ir comprendiendo lo que la gente necesitaba. Muchas de las pláticas develaron la deficiencia en los servicios de comida y ese descubrimiento quedó para ser aprovechado después. Luego comenzó a rentar el carro y darle la responsabilidad a otro de producir dinero y compartir la ganancias con él. Ahí aprendió mucho la parte de administración, la cual Héctor cree que es la que más miedo le da a todos, cómo multiplicar el dinero y si se pierde tomarlo como aprendizaje.
Cuarto emprendimiento
El cuarto fue un mini súper para un coto con su cuñado como socio, donde lo primero fue establecer los diferenciadores.
“Me ponía mi propio reto: ¿Qué tenemos que hacer diferente para atraer a los clientes y cómo diferenciarnos hasta del oxxo?
Mantener surtida la tienda, tener un buen trato para con el cliente, contar en todo momento con cambio y servicio a domicilio al coto.”
Y luego, ir afrontando los retos que iban saliendo en cuanto al área legal. Aprender que importa quién firmó primero la renta de local en una plaza, cómo le hicieron, las palabras exactas que se utilizar, lidiar con interpretaciones y demás. También, aprendió a cómo hacer relaciones con todos los demás.
“Por ejemplo, había una pizzería cerca que no tenía servicio a domicilio, entonces se aliaron para entregar ellos la pizza a domicilio. Y sin querer queriendo, aprender cómo es el delivery de la comida.”

Llevar el costeo es esencial para saber de donde sacas el dinero y como lo haces. Cada acción que tomes te cuesta y va a repercutir en cómo distribuyes los recursos y las decisiones que vas a tener que tomar. Y para realmente ganarle a los productos y vender a buen precio, tienes que hacer contratos.
Muy pronto abrieron una tercera tienda y poco después abrió un Oxxo muy cerca. Héctor se sentía muy desesperado por todo el esfuerzo que le había invertido como para que llegara el Oxxo y se llevara todo lo que habían construido.
“Lo único que tienes que hacer en el emprendimiento es reaccionar. En el momento que des el paso, tienes que saber que te va a costar algo. Si es un charco, te vas a mojar y después de eso es seguirle dando. Y si te caes ve planeando ¿Qué harás? ¿Cómo te vas a levantar?
¿Qué los hizo respirar profundamente? Saber que lo que habían hecho, la vida te lo toma en cuenta. Confiar en lo que habían hecho en la comunidad y el valor ofrecido. Confiar en su trabajo y trayecto. Confiar en lo que habían construido desde el minuto uno.
Después de un tiempo en las tiendas, comenzó a sentirse estancado de nuevo porque el plan era una franquicia. Se registró una marca, se hizo el manual de marca, el plan de negocios, etc. Pero comenzó a hacerse preguntas. ¿Estos problemas y actividades son las que yo deseo? ¿Esto quiero para mi vida? ¿Este estilo de vida es el que busco?
Quinto emprendimiento
El quinto emprendimiento fue una distribuidora de empaques biodegradables. En este proyecto él hacia todo al 100%, desde un punto de venta en Excel, la página de Facebook y sus publicaciones, hasta un catálogo con sus productos e ir a buscar sus clientes. Volvió a comenzar puerta por puerta hasta que se le presentó la oportunidad de ser parte de los fundadores de Liberet.

Sexto emprendimiento: Liberet
“Cuando me propusieron entrar a Liberet, yo no sabía qué buscaban de mi. Lo que se me venía a la mente es que me ofrecerían ser inversionista. Yo me imaginaba distintos escenarios y lo que haría, según el monto que me pidieran. Sin embargo, lo que tenía muy claro es que iba a buscar la forma de conseguirlo y que además me generara rendimiento. No sabes en qué momento te toque la oportunidad. Fui con mente abierta a escuchar y ver qué se necesita para ver qué se tiene que hacer.”
Lo que sucedió fue que le ofrecieron volver a la cocina. La idea era hacer platillos para empresas, desde cocinarlos hasta presentarlos y emplatarlos. Y para él, no solo era volver a la cocina, sino ser socio y tener acciones.
Liberet ha pasado por una evolución desde sus inicios en 2019. En la cual Héctor ha estado constantemente preguntándose ¿Qué puedo entregar yo que le hace falta a Liberet?. Héctor nos cuenta que Liberet resultó ser el siguiente reto que no sabia que necesitaba pero que de alguna forma, buscaba.

Algunos de sus aprendizajes dentro de la startup han sido:
- La comunicación es la base para el emprendimiento y la vida personal. Ser directo para que no se pase el tiempo de reacción y solución porque hay veces en las que si dejas pasar el tiempo se vuelve una bola de nieve.
- A partir del aprendizaje legal, aprendió a detenerse y no decir de más. Ser muy cauteloso y responder lo que es. Escuchar lo que realmente te piden y así evitar hacer una bola de nieve de la nada.
- Adoptar rápido los cambios hará que logres con tu equipo el objetivo en común.
- Aprovechar las herramientas que el momento que estás viviendo te brinda.
Una vez que te permites desarrollar tu lado emprendedor, el emprender se vuelve tu estilo de vida. Te ves constantemente buscando cómo aportar más valor, crecer y vencer tus miedos. ¿Te identificas con Héctor? Tal vez te interesen las historias de nuestros embajadores. Conoce a:
Escrito por: Cristina Padilla