¿Escuchaste que la gente productiva y exitosa se levanta a las 5 de la mañana, pero para ti es imposible y te sientes no productiva porque si lo fueras podrías levantarte a las 5am con la pila al cien todos y cada uno de tus días? ¿Te suena? Espero que no, pero por si si, te quiero decir que te entiendo, yo también he estado ahí y aún hay veces en las que me atrapo evaluando mi productividad según el estándar o necesidades de otra persona y dejo de ver mis necesidades.
Las rutinas están para ser modificadas y adaptadas a nuestro gusto, no nosotros al gusto de las rutinas. Así que antes de compartirte la estructura que yo sigo para crear mis rutinas, quiero que tengas en mente los siguientes puntos para que esta vez tu rutina si te funcione:
1.- Tu rutina es tuya. Suena demasiado obvio y sin embargo muchas veces pasamos por alto esta idea. El hecho de que tu rutina sea tuya significa que no tiene por qué verse como la de alguien más. Tu estás en todo tu derecho de funcionar y necesitar cosas diferentes a las de los demás, así que permítete descubrir tus necesidades y cubrirlas de la forma que a ti te quede mejor.
2.- Las rutinas son flexibles y modificables a lo largo del tiempo. Entiendo que la idea de establecer una rutina es que en automático hagas la actividad que más te beneficie, pero la vida cambia y lo que te funciona en cierto momento también. Así que recuerda que en cualquier momento puedes agregar, quitar o cambiar hábitos, y está bien.
3.- El único hábito que, según yo, debemos cultivar toda la vida es el de escucharnos a nosotrxs mismxs. Escuchar a tu cuerpo, tu mente, tus emociones y tu espíritu es fundamental para poder darte lo que necesitas en cada etapa de tu vida y hacer los cambios que necesites, en el momento que los necesites.
Las rutinas están para ser modificadas y adaptadas a nuestro gusto, no nosotros al gusto de las rutinas.
Tu eres la autoridad de tu vida, así que solo tú sabes lo que necesitas y como lo necesitas. Y si aún no lo sabes, solo tu puedes descubrirlo.

Ahora sí, comencemos.
1.- Define las áreas de ti que quieres cuidar
¿Cómo sé qué debo de incorporar a mi rutina? Bueno, a mí lo que me ha funcionado hasta ahora es dividir mi bienestar en 4 áreas diferentes: cuerpo, mente, emociones y espíritu.
- Cuerpo: El cuerpo es el que estamos más acostumbrados a saber que tenemos que cuidar, necesitamos dormir bien, tomar suficiente agua, alimentarnos bien, etc. El cuerpo es la base de toda rutina porque es el que contiene y sostiene todo lo demás.
- Mente: La mente es como tu refri y digamos que tus creencias son los alimentos tienes en él. Un día alguien te hizo el super y guardó todo lo que te compró. Y tú como ya tienes comida, pues eso comes, te encante o no. O puede que justo te trajeron una fruta deliciosa que no conocías y ahora es de tus favoritas. Con las creencias que guardamos en nuestra mente pasa algo similar, pero nunca nos detenemos a ver qué hay, si quiero esa idea o no, si me sirve o no. Simplemente un día aparecieron y como ya están ahí, pues las usamos. Por eso es importante conocerlas y revisar si siguen vigentes o ya caducaron.
- Emociones: Las emociones tienen una pésima prensa porque nos enseñan que unas son buenas y otras malas, cuando en realidad son mensajeras. Unas se sienten riquísimas y otras no, pero todas son necesarias, tienen su función y están para que nosotros recibamos el mensaje y actuemos en consecuencia. La importancia de incorporar hábitos para conocer nuestras emociones y escuchar sus mensajes es el no quedarnos atrapados en ellas, accionar en pos de nuestro bienestar y conocernos.
- Espíritu: En cuanto al espíritu no me refiero a la religión, sino a esa parte de ti que se siente conectada al mundo o a los otros. Si te incomoda la palabra, puedes llamarlo tu área social o de conexión con algo distinto a ti, le puedes llamar naturaleza, dios, o simplemente amigos y gente querida.
¿Cuales son las áreas de ti que quieres cuidar y nutrir? ¿Cómo les llamas a estas áreas?
2.- Define acciones o hábitos que puedes incorporar para cuidar de ti en cada una de las áreas que definiste.
Recuerda, tú eres quien decide qué áreas de tu vida nutrir y cómo necesitan ser nutridas. Yo te comparto mi experiencia para que tomes lo que te sirva y deseches lo que no. Tú eres la autoridad en tu vida.
Una vez que definas tus áreas, enlista acciones que crees que el comenzar a hacerlas te acercarán a ser la persona que quieres ser y conseguir los resultados que buscas. Te comparto algunas cosas de mi lista:
- Para el cuerpo:
- Al despertar y sin salir de la cama, sentir mi cuerpo y hacer esta serie de estiramientos: https://www.youtube.com/watch?v=lKhnnt67NJc&t=502s
- Hacer 30 min de ejercicio 4 veces a la semana.
- Darme 2 minutos para pensar en cómo respirar bien. Una buena respiración se hace con la espalda recta e inflando estómago al inhalar.
- Dar un paseo de 10 – 15 minutos después de desayunar, comer y cenar.
- De 5 – 20 minutos de práctica meditativa o de contemplación.
- 20 minutos de lectura 4 veces por semana para leer la autobiografía de alguien que admire, ahora leo la de Nelson Mandela. Creo que aprender lo que piensan otros, me ayudará a entender lo que yo realmente pienso.
- Agendar recordatorios en mi celular con ideas quiero guardar en “mi refri”. Por ejemplo ahorita tengo: “Todos hacemos lo mejor que podemos con las herramientas que tenemos.”
- Para las emociones:
- Fijar un recordatorio en mi celular que me pregunte cómo estoy.
- Leer un día a la semana sobre emociones. Para esto recomiendo totalmente el libro “The Language of emotions” de Karla McLaren.
- Permitirme sentir mis emociones en algún momento del día. Da miedo, pero las emociones son nuestra brújula y gracias a ella podemos saber hacia donde movernos.
- Para el espíritu:
- Agradecer 3 cosas al despertar y antes de dormir.
- Ver el sol salir algún día de la semana
- Cultivar mis amistades y relaciones cercanas
- Darme momentos en el día para apreciar la naturaleza
La idea no es que todo lo que anotes ahora lo hagas y tu vida cambie 180° de un día para otro, nada que ver. Lo importante es que empieces a visibilizar que ya haces por ti en cada aspecto de tu vida y qué te gustaría incorporar a ella.

Recuerda, el hábito más importante a adquirir y mantener el resto de tu vida es el de escucharte.
3.- Prioriza y define las acciones con las que vas a comenzar, el momento en el que las vas a hacer y su duración meta
Ahora sí, de la lista que ya tienes elige 1 hábito y establece un momento de día y duración para hacerlo. Empieza pequeño, para hacer un gran cambio. Recuerda que lo que quieres es que esta nueva rutina sea sostenible en el tiempo, y hacer cambios de 180° de un día para otro no lo es.
La vida toma tiempo. Las plantas toman su tiempo en crecer, el sol tarda su tiempo en salir, la comida toma su tiempo en digerirse, el cuerpo toma su tiempo en sanar, todo toma su propio tiempo. ¿Por qué tú serias la excepción?
Otra cosa que te sugiero tomes en cuenta, es que no tienes que hacerlo todo justo como te lo pusiste como objetivo. La idea es que te empujes para conseguirlo pero si no se puede hoy, no se puede y ya.
Por ejemplo, mi objetivo es hacer 30 minutos de ejercicio mínimo 4 días a la semana. Hay semanas que me resultan demasiado pesadas y en lugar de ver el ejercicio con alegría lo veo como una condena que estoy pagando. Y por un lado no quiero dejar de hacer ejercicio pero por otro lado tampoco tengo la energía que necesito para hacerlo. Entonces la decisión que tomo en ese momento es hacer una versión más chiquita de ese hábito. Tipo hacer solo 15 abdominales, salir a caminar 10 minutos o hacer media rutina y ya. No me flagelo porque yo dije que tenía que hacer justo esta rutina y de esta forma. Acepto que no siempre se puede pero que hoy voy a hacer lo mejor que puedo con lo que hoy tengo.
4.- ¡Inténtalo! Prueba como te sientes con el hábito que estás empezando a crear
Para mí ha sido muy importante el entender que todo es un vaivén y permitirme buscar cómo es que a mí me funciona oscilar entre una cosa y otra.
Por ejemplo, hubo un momento en el que pensaba que la disciplina era LA forma, lo cual me dio muchos beneficios pero llegó un momento en el que tanta disciplina y estructura me hizo rígida, y me sentía insuficiente porque siempre estaba buscando la perfección en todo lo que hacía. Luego pasé a vivir desde la flexibilidad total y cero estructura, y fue un momento que disfruté mucho el momento presente, pero sentía que había perdido mi poder de decisión y de ir por la vida que yo quiero.
Ahora lo que procuro es mantenerme oscilando entre la estructura y no estructura, disciplina y flexibilidad el tiempo para los demás y para mí, comida saludable y antojos que no lo son tanto, etc. Todo con el fin de permitirme ser, conocerme y cambiar en cada momento de mi vida.

5.- Escúchate y modifica cuantas veces lo necesites.
Vuelve a ti, vuelve a ti, vuelve a ti. Un día de la semana date tiempo para sentir como estas preguntarte si te esta funcionando el hábito que estas buscando incorporar a tu vida ¿La intensidad me sienta bien? ¿Qué tal la duración? ¿El momento del día es el que me viene mejor? ¿La forma en la que lo estoy haciendo me funciona? Sí, manténlo. No, cámbialo.
Recuerda que esta es mi experiencia y lo que a mí me ha funcionado. Todo es según yo, así que no necesariamente todo y de esta forma te tiene que funcionar a ti.
Tu eres la autoridad en tu vida, así que ejerce esa autoridad y date lo que necesitas.
Blog escrito por: Cristina Padilla – Especialista en Marketing Digital

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